viernes, 18 de junio de 2010

Warhol



Le conté a Franco que B se había enamorado en Bulgari de una dependienta que estaba detrás de un mostrador de diamantes y que según él se parecía a Dominique Sanda. Franco entiende de amor y reconoció los síntomas:

-¿Así que ahora vais todos los días a Bulgari a comprar de todo? Es muy caro. Deberías enamorarte de una camarera; no es tan caro.

-No es caro porque no compro nada. Sólo entro y salgo, entro y salgo -dijo B.

Franco asumió el papel de hombre de mundo que ya se las sabe lo suficiente como para comentar:

-Entrar-y-salir, entrar-y-salir...¿Qué más se puede...? Y salió corriendo a hablar con un director de cine.

(...)

B y yo nos reímos cuando entramos en Bulgari y pedimos algo de plata. Estábamos muy nerviosos porque nos hicieron sentar y no había nada que pudiéramos mirar y no queríamos decir que queríamos lo más barato que tuvieran, de modo que B pensó con rapidez y pidió una cuchara de plata y la chica de la que estaba enamorado le dijo:

-Lo lamento, aquí no tenemos nada de plata -y así el amor se fue a la alcantarilla.

-El amor se fue a la alcantarilla -asintió B-. Dejó de gustarme en cuanto dijo eso. Y de cerca no se parecía tanto a Dominique Sanda.

1 comentario:

  1. ¡No me digas que al final te compraste el libro de Warhol! Qué fantástico

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