Porque ella es el principio y el final, no importa cuantos kilómetros haya en medio. Con ella he vivido buenos momentos, malos momentos, momentos tristes, momentos románticos, momentos diferentes, momentos de tensión... todo con ella. Una persona cambiante, que ha sido un bombón y una misteriosa chica hache. Audrey Hepburn en su versión más femenina o Kate Moss en su versión más post-party (que se lo digan a aquel taxista).Capaz de combinar una falda de su madre con una camiseta de la última colección de H&M. Viaja en bicicleta o moto, fuma (FUMABA ESPERO) cigarrillos de liar y tabaco rosa. Máscaras venecianas junto a We can do it!. Bikini de flores o un bañador negro años 90 total (realmente me he inventado los años). En fin, un espíritu camaleónico.
El caso que extraño cada una de las mil personalidades de ella, ya que cada una me hace falta a cada segundo. Necesito a mi compañera de compras, de cafés en el Chopp, de tardes en casa de Pedro, de pupitre de latín... y me doy cuenta de que la extraño hoy especialmente que es su cumple (actualizo: hoy que hace casi medio mes de su cumple). Me vienen a la cabeza imágenes de todos los años que he vivido con ella, y las fiestas de cumpleaños que hemos compartido. Lástima que haya fotos solo de las últimas (nunca pensé que diría esto pero ¿por qué tuenti no fue inventado antes?)
Ahora, las dos con casi un quinto de vida cumplido (no pienso morirme sin llegar a los 100) estamos así, una en cada parte, como en Tú a Londres y yo a California. Me queda un consuelo, que la película acaba con las dos hermanas juntas, y yo ya estoy buscando piso de universitarias para jubilarnos. Pero por ahora, me conformo con escribirte esto, e intentar así estar hoy (corrijo de nuevo, hace medio mes) un poquito más cerca.
Tuya por siempre. Alioli
